La alineación del cuerpo humano contribuye a equilibrar cada una de sus partes como un todo, armoniza el organismo y deja fluir la observación a otras zonas más sutiles como las emociones y los pensamientos. La alineación en la practica de yoga no la aprendemos solamente para crear un āsana perfecta, es un conocimiento que podemos aplicar en nuestra vida diaria.
¿Por qué es tan importante establecernos de manera correcta y alineada?
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A nivel físico
Nos ayuda a estabilizar las bases, los fundamentos de nuestro cuerpo. Los fundamentos del cuerpo es donde este se apoya. Desde la base se estabiliza la columna y la cabeza.
Si estamos de pie hay que ajustar desde las plantas de los pies (talones, metatarsos, dedos, parte anterior del pie y tobillos). Un buen ejemplo de búsqueda de alineación es la postura de Tāḍāsana.
Si estamos sentados, la pelvis es la que se encarga de estabilizar la columna. (Ver Daṇḍāsana). De cabeza, la línea de hombros, los trapecios y omóplatos (Sarvāṅgāsana).
Supongamos que adoptamos una mala postura y el peso del cuerpo gravita al lado derecho, el lado izquierdo intentará compensar ese desequilibrio afectando desde los pies hasta el cuello. Todo quedará fuera de los ejes y los planos anatómicos del cuerpo. Se afectan las rodillas, las caderas, la columna. Nos sentimos torcidos.
Estableciendo unas buenas bases logramos una postura sana con articulaciones espaciosas y equilibramos las cadenas musculares en tono y elasticidad.
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A nivel sensorial
Percibimos el mundo desde nuestros sentidos, si el cuerpo está desalineado percibimos una información incorrecta sobre su estado. A eso le sumamos que los sentidos no son perfectos, que con la edad se van deteriorando y están bajo la influencia de nuestra forma de pensar y de nuestras emociones.
Por llevar nuestra atención al cuerpo para alinearnos comenzamos a sentir la piel, como se compacta y se estira sobre los músculos y como se relaja y se suaviza sobre la cara. Sentir la piel es llevar la atención a cada parte del cuerpo, es aumentar nuestra percepción consciente.
Luego podemos llegar a sentir la respiración y ajustar la postura desde ella utilizando las inhalaciones para llevar espacio y las exhalaciones para relajar los órganos de los sentidos.
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A nivel mental y emocional
De la misma manera que observamos el cuerpo, la respiración y los sentidos podemos observar nuestros pensamientos y emociones.
La alineación permite al cerebro eliminar tensiones y adoptar una posición receptiva y atenta. El cerebro aprende a observar también los pensamientos que produce y las emociones que se desatan, aprende así, a conocer mejor nuestras tendencias (depresivas, ansiedades, miedos, alegrías) y sentimientos.
La observación de un pensamiento que emerge y produce un estado anímico puede desencadenar diferentes reacciones. Un individuo estable y receptivo puede reaccionar gestionando mejor sus respuestas. Un individuo inestable emocionalmente, sin capacidad de observación aprendida seguramente tendrá una respuesta descontrolada.
La práctica alineada abarca todos los niveles del ser humano. Nos ayuda a aprender más sobre nosotros mismos y a intentar superar nuestros obstáculos.